“En los días 25 al 27 de octubre de 1918 se celebró en Castro del Río (provincia de Córdoba) un Congreso obrero agrícola, al que asistieron representantes de Aguilar, Almodóvar del Río, Baena, Cabra, La Carlota, Carcabuey, Doña Mencía, Espejo, Fernán-Núñez, Fuente Tójar, Luque, Montalbán, Montemayor, Montilla, Monturque, Nueva Carteya, Priego, La Rambla, Valenzuela y Zuheros; enviando sus adhesiones los jornaleros de Bujalance, Palma del Río, Puente Genil y Santaella. Todos estos pueblos están situados en lo que se llama en Córdoba “la Campiña”, gran llanura formada, como una verdadera Mesopotamia, fecunda y cálida, entre el Guadalquivir y el Genil, los dos grandes ríos andaluces; en la cual predomina el cortijo, como tipo agrícola, es decir, el cultivo de cereales. Por excepción, hay en la lista anterior un pueblo especialmente olivarero, Montoro, que recoge, de su enorme término municipal, uno de los más extensos de toda España, hasta 1.000.000 de arrobas de aceite cada año.
Los acuerdos del Congreso de Castro del Río fueron éstos:
1.º Abolición completa del trabajo a destajo para ambos sexos.
2.º Que la fijación de salarios para uno y otro durante la temporada de invierno, se fijará automáticamente en cada localidad por sus respectivos Centros obreros.
3.º Que antes de llegar a una huelga, se gestionará por los delegados obreros de toda la comarca la aprobación de las bases de trabajo de cada pueblo.
4.º Que si por causas justificadas fuese un pueblo a la huelga, las organizaciones obreras representadas en el Congreso, mandarán, si estaba cerca el pueblo en huelga, comisiones obreras a todos los sitios donde trabajen obreros.
5.º Que hasta tanto que la tierra sea de los que la trabajan se exija de los Municipios, Gobiernos y Ministerios, el empleo de todos los obreros parados.
6.º Implantación de la jornada máxima de ocho horas de trabajo para los obreros de las fábricas de aceite.
7.º Que se aplique la ley de Accidentes del trabajo al obrero del campo.
8.º Que los pueblos queden autónomos para pedir a los patronos u obligarles al reconocimiento de las sociedades obreras.
Además, debieron adoptarse otros acuerdos reservados, preparatorios de una huelga general agraria.”
(Fuente: Constancio Bernaldo de Quirós, El Espartaquismo Agrario Andaluz (Volumen XVIII de la Biblioteca de la Revista General de Legislación y Jurisprudencia, Madrid, 1919), recogido en Colonización y subversión en la Andalucía de los s. XVIII-XIX, Biblioteca de la Cultura Andaluza, Sevilla, 1986)
A la lista anterior, Díaz del Moral, en su obra Historia de las Agitaciones Campesinas, añade las localidades de Albendín, Cañuelo, Castil de Campos, El Esparral, El Tarajal, Iznájar, Martos (Jaén) y Zamoranos, así como las adhesiones de Fuensanta (Jaén) y La Campana (Sevilla).
Por su parte, Eloy Vaquero, en Del drama de Andalucía, nos dice: “contando municipios y aldeas estuvieron representados en Castro Monturque, Iznájar, Montilla, Aguilar, Cañuelo, Priego, Fuente Tojar, Zamoranos, Tarajal, El Esparragal, Espejo, La Carlota, Castro del Río, Fernán Núñez, Cabra, Carcabuey, Montoro, Baena, Nueva Carteya, Valenzuela, Montalbán, La Rambla, Montemayor, Luque, Zuheros, Doña Mencía, Albendín, Martos y Almodóvar”.
La importancia de este congreso estriba tanto en que fue el primero de los congresos obreros a nivel andaluz del Trienio Bolchevique, como en su influencia en el programa político de republicanos, socialistas y regionalistas, que crearán una gran alianza electoral de 1918 a 1920.
(Fuente: Conflictividad social y desarticulación política en la provincia de Córdoba 1918-1920, Antonio Barragán Soriana, Área de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Córdoba, 1990)
Así mismo, está documentada la representación a la Asamblea de Córdoba de 1933 por parte del Ayuntamiento de Castro del Río, en la persona de Francisco Millán Moreno.
(Fuente: El proceso autonómico de Andalucía durante la II república, José Díaz Arriaza y Manuel Ruiz Romero, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1991)
Imagen: Composición a partir del cartel “Disciplina, Treball” de Lloveras para Estat Català (s.f.)