"A Don Blas Infante Pérez.
Permíteme, amigo y paisano ilustre, que llame su atención con la pregunta que le voy a dirigir desde Andalucía, órgano de los clamores del pueblo andaluz, y de las colonias andaluzas en Barcelona y otras poblaciones.
Tenemos constituido en Barcelona un Centro Andaluz para que se cobijen en él todos los elementos andaluces que residen en la capital de Cataluña.
No tenemos aún bandera andaluza y desearíamos disponer de ella, además de la española, para que en los días de fiesta ondeara el pabellón de la patria regional con el de la patria española.
Siendo usted tan valioso propulsor del movimiento regionalista andaluz, solicitamos su opinión y consejo al disponernos a izar en el Centro Andaluz de Barcelona la bandera verde y blanca de Andalucía, con el escudo que éste, nuestro periódico ha popularizado, siguiendo los acuerdos de las asambleas regionalistas andaluzas de Antequera, Ronda y Córdoba.
Cada día es mayor el entusiasmo que anima a los andaluces de este Centro Andaluz, para concederle vitalidad y pujanza, hasta conseguir que tenga personalidad propia en Barcelona. Es admirable la labor de la nueva Junta Directiva, muy acertadamente presidida por el Sr. Muñoz.
En nombre de los andaluces de Barcelona, le saluda afectuosamente su paisano que le admira.
Pedro Demófilo Gañán.
Barcelona, 18-11-1919"
Fuente: La bandera de Andalucía, en Andalucía, nº 168, Córdoba, 19 de noviembre de 1919
Extracto de la respuesta de Blas Infante:
"De desear es que sobre la pira de mártires andaluces, amontonados por la miseria y la tiranía política y espiritual que infligiera la dominación española durante el último lustro de siglos, caigan pronto andaluces conscientes, abrazados en el instante de la agonía, a la bandera verde y blanca. De desear es que sus franjas de divinos colores sean de pronto salpicadas de manchas rojizas, conveniente es que la sangre de los sacrificados, por Andalucía, venga a poner en nuestra bandera el color rojo de fuego, que prenda en los venideros conductores de Andalucía y en el corazón de los luchadores actuales, un incendio de pasiones ardientes y heróicas por esta patria adorable, la única cuyo concepto tendrá razón de existencia después de la transformación que ya conmueve en sus vetustos sillares los valores morales y políticos en una humanidad imbécil y anti-humana y de una sociedad anti-sociable, porque en los dogmas básicos empieza por concebir al hombre como disociado de las demás fuerzas de la Vida".
Fuente: Las insignias de Andalucía, en Andalucía, nº 173, Córdoba, 31 de diciembre de 1919
Imagen de unos seguidores desde Barcelona.
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