El 2 de enero de 1995, hace 20 años, dábamos a conocer en el Palacio de la
Madraza el Manifiesto 2 de Enero, embrión de lo que más tarde sería la
Plataforma Granada Abierta. Apelábamos, por primera vez, a la sensibilidad
democrática del Ayuntamiento de Granada para transformar el Día de la Toma en
una Fiesta de la Tolerancia. Planteábamos la necesidad de cambiar una tradición
anacrónica, sectaria y excluyente como la Toma, por un acto integrador,
inspirado en los principios de convivencia y respeto a las minorías, en el que
nadie se sintiera agraviado ni excluido.
Aquel manifiesto obtuvo la adhesión de destacados artistas e intelectuales como
Carlos Cano, Miguel Ríos, Juan Pinilla, Luis García Montero, Antonina
Rodrigo, Ian Gibson, José Saramago, Juan Goytisolo o Pedro Martínez Montávez,
entre muchos otros. También recibimos el apoyo de Federico Mayor Zaragoza,
entonces director general de la UNESCO, y del que fuera Defensor del Pueblo Andaluz,
José Chamizo.
Durante cinco años, los gobiernos municipales del Partido Popular respondieron
a nuestra petición con menosprecio e incluso insultos. A pesar del importante
apoyo ciudadano que recibió el Manifiesto 2 de Enero, el entonces alcalde
Díaz Berbel hizo unas declaraciones con prepotencia: "que se pongan un
turbante y se vayan a Marruecos" y José María Aznar, ex presidente del PP,
llegó a decir que éramos "un grupúsculo de intelectuales necios que
firmábamos manifiestos absurdos".
En el año 2000, logramos nuestro primer éxito, cuando el gobierno tripartito
del alcalde José Moratalla decidió incluir en los actos de la Toma la lectura
de un Manifiesto por la Tolerancia y desmilitarizar la fiesta. Aplaudimos su
valentía. Pero aquel cambio duró poco tiempo, pues el alcalde cedió a las
presiones del Partido Popular, eliminando la llamada a la tolerancia que se
hacía desde el balcón municipal. Fue decepcionante.
La extrema derecha se sintió más fuerte que nunca y tomó la Plaza del Carmen
para hacer soflamas racistas y pedir la expulsión de los inmigrantes
musulmanes, siguiendo el ejemplo de los Reyes Católicos que expulsaron a judíos
y moriscos. Desde entonces, el Día de la Toma supone un riesgo para la
convivencia democrática, con preocupantes enfrentamientos que dañan la imagen
de Granada.
De hecho, un periodista sufrió una agresión por parte de un militante de
extrema derecha cuando estaba informando sobre la polémica. Fue el primer
aviso. Nos preocupa que pueda producirse una nueva agresión de mayor gravedad,
como la ocurrida durante un partido de fútbol en Madrid, cuando un joven fue
asesinado por un grupo ultraderechista. En tal caso, la responsabilidad
política sería del gobierno municipal del Partido Popular.
Y en 2012, llegó un nuevo éxito para la Plataforma Granada Abierta. Fuimos
invitados por la Comisión de Cultura del Parlamento Andaluz y conseguimos que
fuese rechazada una moción del Partido Popular, con la que pretendía declarar
la Toma como Bien de Interés Cultural. Con esa moción, el partido
nacional-católico intentaba de nuevo manipular la historia, pero fracasó.
A pesar de todo, el PP sigue manipulando. Para empezar, no hubo Toma sino
Capitulación de Granada. Precisamente, el Ayuntamiento ha cedido el manuscrito
de las Capitulaciones de Santa Fe al gobierno de Aragón para exponerlo en
una exposición sobre el rey Fernando. Pensamos que dicho manuscrito debería ir
acompañado de un panel informativo que recuerde cómo los Reyes Católicos incumplieron
las Capitulaciones que se habían comprometido a "respetar para siempre
jamás" y en las que se protegían los derechos de la población granadina.
Asimismo, el PP utiliza la televisión pública para presentar a la reina
católica como una mujer adelantada a su tiempo (serie Isabel). Pero la realidad
es que Isabel fue la Thatcher del siglo XV, una fanática religiosa que puso en
marcha la Inquisición, aprobó la tortura contra sus víctimas y ordenó la
deportación de miles de personas por tener otras costumbres y creencias.
En Granada Abierta creemos que el tiempo nos dará la razón. Que la celebración
de la Toma es una resaca del pasado que acabará muriendo, como dijo Tarik Alí,
y que es necesario fomentar el diálogo intercultural, como hacemos todos los
años, con un acto alternativo en la Fundación Euroárabe.
Este año se ha unido a Granada Abierta el promotor de las Marchas de la
Dignidad, Diego Cañamero, y hemos recibido un mensaje de apoyo de Federico
Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO. También nos hemos hermanado
con la Plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba. Patrimonio de Todos, representada por su portavoz Antonio Manuel Rodríguez. El encuentro por el
diálogo entre las culturas fue clausurado con un concierto de música arábigo
andaluza a cargo de Suhail Serghini y Otman, y con el Himno de Andalucía, que
cantó María Martín.
Cuando los investigadores consulten la hemeroteca, comprobarán que, frente a
los gritos racistas en la Plaza del Carmen, un puñado de ciudadanos nos hemos
movilizado en un acto alternativo, cada 2 de enero, para defender la dignidad
de esta ciudad. Estamos convencidos, además, de que la Toma es una fiesta local
insostenible en democracia y, tarde o temprano, será sustituida por el Día de
Mariana Pineda, símbolo de igualdad y libertad, reconocida por la Unión
Europea. Es cuestión de tiempo. Y con este objetivo, Granada Abierta seguirá
trabajando 20 años más.
Francisco
Vigueras y Juan Antonio Díaz, Granada Abierta
Fuente original: Granada Hoy