Sr. D. Blas Infante.
Distinguido amigo, de un hecho tengo que darle cuenta por relacionarse con la propaganda de los manifiestos que usted me entregó.
El domingo 10 llegué a Arahal y repartí periódicos de ANDALUCÍA y Manifiestos del Centro Andaluz y del Comité del impuesto Único (Sección de Sevilla) dirigido a la Región Andaluza. Pues bien; después de descansar me dirigí a oír la música; se acercan dos hombres, me preguntan lo que llevo y les entrego un Manifiesto; sigo oyendo la música e inmediatamente un cabo de municipales me conduce al Ayuntamiento, siendo registrado de cabeza a pies, mientras dos señores registraban los papeles y leían los Manifiestos y papeletas de suscripción al periódico ANDALUCÍA que, al pasar de unas manos a las del otro, daba su parecer que el Manifiesto del Impuesto Único no sería autorizado; no obstante, consultaron y determinaron darle conocimiento al Alcalde para que él dispusiese. Esto ocurría a las diez de la noche; a las once me dicen que recoja los papeles y los documentos y esperase, hecha esta operación, me dice un guardia que lo siguiese y me encierran en la cárcel; próximamente a las dos de la madrugada me dicen que podía continuar mi camino; pero el señor jefe de policía, antes que yo pudiese decir nada por lo avanzado de la hora, me manifiesta que cogiese el camino acompañado de un guardia y que no se me ocurriese repartir más papeles; traté de entablar conversación con el guardia que me seguía a distancia, pero no lo pude conseguir; sólo ya en la carretera de Osuna se me acerca, me entrega una navaja y unas tijeras de mi uso, y vaste con dió.
No me llamó la atención cuando fui llevado al Ayuntamiento, pero sí que empezaran por el registro de papeles antes de interrogarme y presentara los documentos; pero, sin embargo, creí que una vez desvanecidas las sospechas que a su vista les había infundido, me dejarían continuar mi interrumpido camino.
Este hecho no tendría nada de extraño en un monterilla de aldea, pero sí lo tiene, y mucho, en una población de cerca de 9.000 habitantes.
Ante estos hechos usted juzgará y determinará, para que no ocurra en otros pueblos cosa igual o parecida, y autorizándolo para su publicación en los periódicos, queda de usted, deseándole salud, su attmo. Amigo,
q.e.s.m.,
Antonio Zamora
Estepa 13 Septiembre 1916.
Fuente: Revista Andalucía, nº 5, Octubre/1916