“El municipio de Marinaleda en documento de fecha 30 de octubre de 1932, anuncia que en la sesión del día 29 “por unanimidad” decide sumarse” a la propuesta de proceso autonómico para Andalucía elaborado desde
También es destacable la heráldica moderna de esta localidad:
“El color verde representa la utopía que es imprescindible en cualquier colectivo para convertir los sueños más nobles de los pueblos en realidad mediante la lucha organizada de los trabajadores. Verde que apuesta por situarnos siempre al borde de lo imposible para convertirlo en realidad tangible y al alcance de todos los miembros de nuestra comunidad y del planeta.
El color blanco que está en el centro de nuestro escudo representa nuestras ansias de paz entendida no solo como la ausencia de violencia sino como la práctica de la justicia. La paz sólo es posible desde la igualdad y ésta sólo puede conseguirse desde la movilización de los empobrecidos de todos los lugares y por supuesto de la Andalucía en la que vivimos. Paz de la igualdad. Paz que lleva consigo la desaparición de la injusticia y de las clases sociales.
El color rojo en la parte inferior de nuestro símbolo significa que sin lucha no son posibles alcanzar ninguno de los derechos a los que aspira el ser humano. El color rojo quiere recordar que la izquierda, que por supuesto ha de ser revolucionaria, necesita continuamente el esfuerzo de la subversión y que eso tiene que llevar necesariamente a la lucha frente a quienes controlan y se benefician del orden establecido.
La paloma volando en el centro de nuestro símbolo representa que la paz a la que antes nos referíamos no es estática sino móvil, es decir, que es un objetivo que hay que conquistar y además no es un objetivo fácil ni una meta fija a la que se llega para siempre.
El pueblo representa nuestro espíritu colectivo. Representa el saber que sólo desde apuestas por lo colectivo, en lo económico, en lo político, en lo social pueden alcanzarse las metas que nos proponemos y eso nos lleva a la filosofía de pelear primero juntos y repartir después los bienestares que seamos capaces de alcanzar con nuestro esfuerzo.
El Sol y los campos representan la naturaleza y la reivindicación de que también tenemos que luchar no solo por que la riqueza y la tierra se repartan sino que tenemos que conseguir que nadie destruya el planeta y el entorno en el que viajamos.”
-DÍAZ ARRIAZA, José, y RUIZ ROMERO, Manuel, El proceso autonómico de Andalucía durante la II república, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1991