El Centro Regionalista Andaluz por la
autonomía regional
Moción presentada al Ayuntamiento
hispalense y a la Diputación Provincial
Excmo. Ayuntamiento: aunque la Junta de
Relación de todas las secciones del Centro Regionalista Andaluz se
dirige, con estas fechas, por manifiesto a todos los municipios,
representantes en Cortes, Diputaciones, entidades y asociaciones
políticas, culturales, agrarias y económicas, con los fines que se
dirán, esta sección local del mencionado Centro acude especialmente
a V.E. para someter a si consideración los hechos que siguen los
cuales fundamentan la petición que al final de este escrito se
deduce.
La hora de la liquidación de la
vieja España ha sonado ya.
Cataluña y Vasconia en el Congreso de
las Nacionalidades de Lausanne de 1916, presintiendo el triunfo del
espíritu de la nueva Era, consagrador de los fueros más naturales
de las nacionalidades más vivas, han hecho afirmación categórica
de sus respectivas distinciones nacionales ante el mundo entero. Su
afirmación reforzada dentro del territorio ibérico, por el clamor
de sus aspiraciones nacionalistas, han llegado a imponerse a los
gubernamentales de todos los campos políticos, que representan
efectivamente o que desde la oposición parlamentaria aspiran a
representar a ese Estado sin esencia nacional que se llama Estado
Español.
Después, en estos últimos días,
Galicia, Aragón, Valencia, Asturias, hasta Extremadura y aún
Castilla, claman por el reconocimiento de sus aspiraciones
autonómicas. Y todas ellas, menos la última, por medio de sus
organismos representativos u oficiales. Si Andalucía se ama a sí
misma y ama a la federación de las demás regiones, debe
apresurarse a hacer acto de afirmación y de presencia en este
concierto de voces de liberación. Por amor a sí misma, puesto que
ya no habrá una sola región dominante ni un sólo poder central,
sino varias regiones y poderes dominantes que pactarán entre sí lo
que a su interés convenga. Y el objeto de esos pactos serán los
restos pasivos de la España inerte. Todos los lugares del mundo
están ya colonizados por naciones poderosas.
Los pactos que entre sí celebraron los
poderes distintos han versado, en cuanto a la política colonial,
sobre el medio de colonizar su respectivo interés sobre lugares
bárbaros o sobre pueblos impotentes.
De modo que el resto de España fuerte
será el único gesto de contradicción que se ofrecerá a los
Poderes distintos de las nacionalidades de Iberia y esta Andalucía
de nuestros favores todos, la nación de historia más gloriosa y
eficiente, consumida por la tiranía secular que viniera a
inflinjirle el Poder coaligado de las nacionalidades del Centro y del
Norte, seguirá siendo la más explotada; seguirá siendo
(Andalucía) la cenicienta de esa familia explotadora que no tuvo
bastante en venir a asfixiar su genio heterodoxo con el humo de
hogueras y con la presión de martirios implacables, que no se
satisfizo con privarla de sus campos de verjeles para convertirlos en
eriales, lanzando a sus hijos a emigraciones dolorosas o los encerró
en las sucias gañanías, ergástulas miserables levantadas por su
espíritu feudalista, desconocido por nosotros, que vino a perdurar
en el moderno feudalismo territorial. Sino que llegó a
presentar a la nación más bella de la historia y de más
hermoso genio que en el mundo fueran, como la creadora de los vicios
que su propia degeneración fraguó, ofreciendo el genio nacional
andaluz, caricaturizado por una larga tragedia de miseria y dolor,
como bufón miserable de España y de Europa.
Pero aún por amor a la libre
federación que el espíritu afectivo de Andalucía ansiara siempre
con los demás pueblos, aunque nada bueno haya debido, hasta ahora, a
la Unión, los andaluces deben hacer ese acto de presencia y de
afirmación autonómica al que nos referimos al principio. La
igualdad ante la ley es la base de toda sociedad verdadera. Esto que
es una verdad inconclusa, con respecto a los individuos, lo es
también con relación a los pueblos. Cuando se ha pensado en
establecer una Sociedad de las Naciones, este pensamiento ha tenido
que apoyarse como base en la condición necesaria de que todos los
pueblos son iguales ante el Derecho y el Poder internacional.
Sin ese fundamento no se concibe la
Sociedad de Naciones.
En una sociedad de pueblos como Iberia,
en la cual hubiera regiones libres o dominantes con poderes políticos
privativos, ordenados a la defensa de su particular interés, y
regiones esclavas, sujetas a la decisión concertada de los Poderes
de todas las libres, se desarrollarían odios antisolidarios que
desgarran la sociedad de los individuos en dos clases de explotadores
y explotados.
Sólo la mutua libertad es base del
respeto mutuo. Y sólo ese respeto puede ser base de un recíproco
amor. Unicamente podrán existir ese amor y comprensión mutua, que
vendrían a traducirse en la conciencia supernacional de Iberia
federada, cuando la libertad de todas las regiones provea a cada una
de ellas de un Poder privativo, que desde su propio interés venga a
despuntar libremente con los demás Poderes regionales.
Por esto se impone la concesión de la
autonomía, en Cortes Constituyentes que a todas las regiones
reconociera igual derecho para convenir entre sí los términos del
pacto federativo.
He aquí pues, lo que pedimos al Excmo.
Ayuntamiento. Que se dirija a los poderes centrales representativos
de un Estado sin esencia, a fin de que conceda por decreto la
autonomía, lo haga también a la región andaluza en iguales
términos que a las demás de España; o en otro caso, que
convoque las Cortes Constituyentes con las finalidades dichas.
Creemos urgente esta medida. Habiendo
la conciencia del sentimiento español muerto en los hombres que
habitan en territorio ibérico, el proceso de desintegración habrá
de precipitarse, con peligro para la Federación. Andalucía
tendrá que sustentar privativas aspiraciones nacionalistas,
quiéranlo o no, por convergencia o exclusión, porque Andalucía
quedará sola.
Suplicamos a V.E. obre como este
escrito se demanda.
Sevilla, 29 de noviembre de 1918.
Por la Sección Local del Centro
Regionalista. La Junta Directiva.
Fuente: HIJANO DEL RÍO, Manuel y RUIZ
ROMERO, Manuel, ¡Andaluces levantaos!
Primer texto político a favor del autogobierno de Andalucía,
Ayuntamiento de Écija, 1997