Villalón escribe a Cernuda

Sevilla, Junio
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Querido Luis: te mando mi libro, y para que me digas lo que te parece tan diáfanamente como acostumbramos decirnos nuestras opiniones dado que somos dos amigos verdaderos.
Te agradezco la reconvención que me haces sobre esa opinión que en mi última carta te daba sobre tu andalucismo y que tú no compartes, juzgándola vista a través de Bergamín.
Que conste mi franqueza, muchas veces ruda; pues bien, no he de negarte que efectivamente Bergamín es el que ve en ti más a flor de tierra ese andalucismo de tu poesía y quizás yo -no me acuerdo de los términos empleados en mi carta- repitiera algo suyo pero he de decirte que aunque en el conjunto de tu obra, ese andalucismo no lo encuentro yo y sí él, en tu última colaboración de “Litoral” sobre todo la 1ª poesía es hasta en el título un fresco recuerdo de tu patria chica.
“Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos”.
O más adelante:
“La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta”.
No me negarás que estas son sensaciones producidas en ti por la nostalgia de la patria alejada; de tu cuna perdida entre la sombra y el sol del Sur.
“En el sur tan distante quiero estar confundido”
En la poesía se nota siempre una manera de sentir y de ver las cosas de aquí, que le sería imposible a uno que no lo fuera. ¿Y eso te molesta? A mí no me gustaría ser más que de Florencia, al no ser de Sevilla. Ser de París no me interesa y mucho menos haber nacido en Londres o en Berlín o ver las cosas y sentirlas con sus lentes de un cardiómetro.

Tu poesía es universal, quizás la más universal y sobre todo la más europea de todos nosotros -incluyendo a los más viejos también- pero tiene además una cualidad de la que adolecen quizás todos: y es que disuelve con finura exquisita los elementos más preciados de la sensibilidad meridional del suroeste, sin llegar nunca, o sin hacerle falta nunca, descender a lo regional objetivo. Que marchamo de sevillano o de meridional no lo cata más que el buen catador porque ni está en la forma, ni en lo objetivo del cuerpo del poema; reside en la manera de filtrarse la luz en tu retina y en la sensación subjetiva de tus impresiones. Por eso yo dudo que pueda percibirlas aquel que no tiene motivos para respirar en esas profundidades y como consecuencia tú -que lo sabes- te moleste una apreciación en boca de quien puedes sospechar de poca sincera y buscadores de encasillamientos -siempre odiosos-; en mí no puedes abrigar nunca esos temores y sí puedes creer y sabes que siento tu poesía en toda su pureza y en todo su sentimiento, que al coincidir con el mío, con mi manera de sentir, le encuentro el marchamo de sutilidad refinada que tienen las brisas, los amaneceres, los ruidos, las casas lejanas, los huecos de sombra y de aire de la tierra en que hemos nacido.
Hoy estoy mejor aunque no bueno porque las hemorragias que he padecido me han dejado sin fuerzas e inútil para mi vida de continuo movimiento y trabajo; sin embargo en este mes que va a entrar y en el momento que pueda haré una escapada, iré a Madrid, si es que tú estabas allí, para charlar de varias cosas y estar reunidos unos días.
Escríbeme y dime algunas noticias. Salinas no me escribe hace una temporada y desearía saber qué es lo que le pasa. ¿Tú lo ves? Seguramente no me escribe por no decirme lo malo que es mi libro “Romances del 800” que le mandé pero eso no debe preocuparle porque yo lo sé y no me enfadaría sí me lo dijera.
Espero carta tuya.
Un fuerte abrazo de tu verdadero amigo
Fernando
Fuente: Escritos sobre Fernando Villalón, Recopilados por Jacobo Cortines y Alberto González-Troyano, Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, 1986

Fernando Villalón es una de las adhesiones recibidas en la reunión autonomista del 3 de febrero de 1934 de 44 representantes del Partido Republicano Autonomista Andaluz (PRAA), la Federación Autonomista de Municipios Andaluces (FADMA), la Juventud Autonomista Andaluza, y socios del Ateneo de Sevilla, en la que se reciben hasta 32 adhesiones de independientes de Sevilla, Granada, Cádiz, Melilla, Málaga y Huelva:
“Ha sido un acierto el acuerdo de los andalucistas relativo a expresar el anhelo de organización de todas las fuerzas autonomistas andaluzas mediante la formación de un Consejo Regional.
Cuando lleguemos a tener pueblo, podremos realmente hacer verdadera política. Esto no quiere decir que sean desaprovechadas las ocasiones que el discurrir de las cosas políticas nos pueda ofrecer. Sin perder de vista que la organización política para la lucha política de los andalucistas no puede ser un partido más entre los partidos polítiqueros, sino algo nuevo y distinto”, Vida Marroquí, 6 de mayo de 1934
Fuente: INIESTA COULLAUT-VALERA, E., Blas Infante. Toda su verdad (1931-1936), Córdoba, Editorial Almuzara, 2007