Los acontecimientos que se desarrollan en los últimos años en Europa ponen de manifiesto que las grandes transformaciones sociales son las naciones, más allá de los estados o de las teorías ideológicas globalizadotas.
Andalucía, como una más de las naciones del mundo, debe aparecer como tal en este momento histórico, sin quedarse a la zaga de otros pueblos peninsulares y subrayando que también ella tiene derecho a la independencia en los plazos que permita su desarrollo económico y en un proceso democrático y de no violencia.
La Junta de Andalucía como órgano del poder autonómico, debe proclamar los derechos nacionales de los andaluces y promover las reformas estatutarias y constitucionales precisas para que nuestro pueblo tenga reconocida su soberanía y decida libremente, su grado de vinculación con los demás.
Almería 27 de septiembre de 1991
Fuente: Actas del V Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1993